El zanatillo nicaraguense (Quiscalus nicaraguensis) Foto de Salvadora Morales.

El zanatillo, ave endémica de Nicaragua, vuela hacia la extinción

El zantatillo, Quiscalus nicaraguensis , es confundida con el zanate común, Quiscalus mexicanus, ave que abunda en las ciudades y pueblos de Nicaragua.

Sin embargo, el zanatillo solo vive cerca de los lagos Xolotlán (lago de Managua) y Cocibolca (lago de Nicaragua) y los humedales cercanos como Tisma.

El zanate y el zanatillo son muy parecidos. Para los ojos inexperto es casi imposible distinguirlo. Sus diferencias son el color de las plumas, en el zanate macho las plumas son de color negro con iridiscencia de un tono azul. Mientras que en el zanatillo macho, las plumas son negro sin tonos.

Otra diferencia es el tamaño. El zanatillo es mucho más pequeño que el zanate común. El zanatillo tiene una cola pequeña. No obstante, la diferencia más marcada entre ambas aves es el canto. Si conoces el canto de un zanate común y el de un zanatillo, sabrás quien es quien. En las hembras de ambas especies la diferencia solo es de tamaño.   

Los hábitos son distintos también. El zanate como todos y todas sabemos, se alimenta de sobras que los humanos dejamos, por eso es que se quedaron en las ciudades y pueblos. No obstante, los expertos describen que el zanatillo prefiere vivir en zonas inundadas y con matorrales, alejado de los asentamientos humanos.

Leer: Pajareros nicas participan en 122 aniversario de conteo navideño de aves.

Los zanatillos viven en los humedales donde se alimentan y reproducen. Cortesía.

Qué es ser endémico?

El zanatillo nicaragüense es endémico, lo que quiere decir que solo se conoce que vive en Nicaragua y en una pequeña zona al norte de Costa Rica. Esto la convierte en un ave endémica binacional. No obstante, los investigadores de aves de Nicaragua, resaltan que la mayoría del hábitat de esta ave se encuentra en Nicaragua.

El endemismo del zanatillo hace que sea una especie muy vulnerable, ya que, si llega a desaparecer de Nicaragua, desaparecería del mundo.  Es por eso que todas las especies endémicas de animales son especiales. En pocas palabras, el zanatillo nicaraguense está en la misma circunstancia que el oso polar, quien, si llegase a desaparecer del Ártico, estaría extinto.

a dónde se ha ido

Cindy Orozco es una joven bióloga. Para su tesis de graduación en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) realizó una investigación sobre el efecto del cambio climático en la población de zanatillos nicaragüenses.

Las investigaciones científicas sobre el zanatillo son nulas, a pesar de la importancia ecológica de esta ave.

 En su trabajo, Orozco encontró que el ecosistema donde vive el zanatillo depende de la recarga de agua. Pero, al mismo tiempo, la sequía, las quemas agrícolas y el cambio del uso de la tierra, ejercen una gran presión sobre el limitado hogar de estas aves.

Ha encontrado que disminuyen los lugares de anidación y alimento. “Una de las hipótesis es que están migrando hacia el norte de Costa Rica”, afirmó.

Su casa desaparece

Marvin Torrez es biólogo y ha investigado las aves de Nicaragua por muchos años. Explicó que el norte de Costa Rica es parte del ecosistema de humedal que forma la cuenca del Gran Lago de Nicaragua.

El zanatillo se adaptó para vivir dentro de este ecosistema de humedal, señaló Torrez. El espejo de agua, el sistema lagunar de Tisma y las zonas inundables al norte de Costa Rica, son parte del ecosistema de humedal donde habita el zanatillo.

El zanatillo prefiere vivir cerca de los humedales porque se alimenta de invertebrados que extraen del lodo, sin embargo, también come semillas e insectos, expresó Torrez.

La ecologa e investigadora de las aves Salvadora Morales, visitó en 2016 la laguna de Tisma, un espejo de agua ubicado entre los lagos Xolotlán y Cocibolca y se encontró con el humedal seco.

La población de zanatillos que monitoreaba Morales desapareció. Años después, cuando la laguna de Tisma recuperó su espejo de agua, la población volvió, pero ya no era tan grande como antes. 

Orozco afirmó que las alteraciones del ecosistema obligan al zanatillo a desplazarse.

“De marzo a junio de 2020 buscamos poblaciones de zanatillos en Tisma, Tipitapa, Mateare y Rivas. No encontramos colonias donde antes había”, aseguró.

La laguna de Tisma, uno de los humedales donde viven los zanatillos.
Población decrece

La Lista Roja de especies de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) es la lista más grande de animales que están en peligro de extinción o tienen alguna calificación en su preservación.

El zanatillo nicaragüense está dentro de esta lista y está calificada como una especie en “preocupación menor”, pero con población en decrecimiento. Es decir, cada vez hay menos registros de zanatillos.

El principal desafío es conocer la cantidad de zanatillos que hay. La falta de datos limita a los investigadores para poder hacer comparaciones en las poblaciones de estas aves. “No podemos saber si el ave está peor que antes”, enfatizó Orozco.  

.