Un incendio en medio de la selva tropical de Indio Maíz, una de las zonas más lluviosas del país. Foto cortesía de Joel Betts.

Los gobiernos populistas, los mayores obstáculos para lograr una “reactivación transformadora” después del Covid 19

El término “reactivación transformadora” está ganando popularidad. Estas dos frases se refieren a la nueva realidad que debería existir cuando la pandemia del Covid 19 empiece a normalizarse.

Pero para los gobiernos populista como los de Donald Trump en Estado Unidos y Jair Bolsonaro, en Brasil, la frase no tiene acogida. También los gobernantes populistas de países pequeños como el nuestro, Nicaragua, no tienen la mínina intención de conocerlo.  

Esta “reactivación transformadora” busca cambios profundos para una reactivación económica, con justicia social y respeto al medio ambiente. Muchos dirán que es una utopía más, cuando precisamente los gobernantes antes mencionados, buscan hacer todo lo contrario.

Bernis Cunningham, director del Centro Nicaraguense de Conservación Ambiental, explica que la organización Clima Action Network Latinoamérica (CANLA) está promoviendo la campaña “reactivación transformadora” para América Latina y el Caribe.

A su criterio, los mayores obstáculos para alcanzar esta reactivación, que iniciaría una nueva realidad después de la pandemia, son los mandatarios como Trump y Bolsonaro.

Cunningham afirma que Bolsonaro promueve la deforestación descaradamente de la selva tropical más grande e importante del planeta, la Amazonia. Mientras que Trump, promueve la reactivación de la industria de hidrocarburos.

“Los gobiernos populistas son posiblemente las dos mayores trabas para conseguir la reactivación transformadora” reafirma.  En el caso de Nicaragua, Cunningham, asegura que ni siquiera “tiene sentido hablar con el Gobierno”, sobre la reactivación transformadora.

Existe basta evidencia de que el desarrollo sostenible no es una opción del gobierno sandinista. Permite la invasión de colonos a Bosawas e Indio Maíz, las reservas de bosques tropicales más importantes que tiene Nicaragua. También permite el saqueo de los bosques de pinos, indispensable para mantener el ciclo hídrico en la zona norte del país, una de las más secas del país.

Cunningham afirma que hay gobiernos democráticos no populistas en lo que se tiene esperanza conseguir una reactivación transformadora.

Este es el humedal de Tisma, categoría Ramsar, el más importante del mundo. Actualmente parece un gran potrero, debido a la invasión de colonos o toma tierras. Tisma es solo un ejemplo de lo que sucede con los demás humedales del país que son explotados por empresas agrícolas sin ningún control.

¿Qué implica la reactivación transformadora?

La reactivación trasformadora implica básicamente cambiar algunas cosas que están mal y por las cuales estamos en esta situación. El Centro Humboldt menciona que algunas propuestas son: promover una economía baja en carbono y un sistema social más justo, con respuestas inclusivas, focalizadas, transparentes e integrales, con perspectiva de género y que fomenten una profunda reconstrucción valórica para una verdadera transformación sistémica.

Cunningham pone como ejemplo, que la pandemia va a dejar cambios permanentes, como el teletrabajo. Esa nueva realidad reduce el consumo de gasolina al evitar que personas vayan a su trabajo.

 Las industrias contaminantes deben ser prioridad en este proceso, sostiene Cunningham. “Con la reactivación transformadora es para que los gobiernos se comprometan a una reactivación sostenible, apoyando energías renovables y educación ambiental”, señala.

 La propuesta es que el dinero público sea utilizado para priorizar a comunidades vulnerables, conservación de los bosques y energías renovables.

¿Cómo nació la campaña?

Más de 250 organizaciones de 16 países de la región, se unieron para hacer el llamado a Una reactivación transformadora en América Latina y el Caribe, según Centro Humboldt. De acuerdo con Cunningham, la secretaria de CANLA está en Nicaragua, ejercida por Centro Humboldt.

Entre las acciones de esta campaña, está mensajes comunicacionales, contacto con líderes de gobierno y tomadores de decisiones en la región. “La iniciativa nació del colectivo de organizaciones de américa latina, que consideran que es urgente ante una crisis ambiental, hacer algo”