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¿Qué ha pasado con los humedales categoría mundial de Nicaragua?

Por Mauricio González

En potreros, camaroneras y huertos se han convertido algunos de los humedales de Nicaragua que tienen categoría mundial. Pero no todos han tenido un mal destino, otros, son centros verdaderos de conservación, investigación y ecoturismo.   

 Según el Convenio Ramsar, “los humedales son áreas de tierras que la mayor parte del tiempo tienen agua, ya sea dulce o salada. Estos pueden ser pantanos o esteros”.

Los humedales categoría Ramsar son los designados como los más importantes del mundo. En 1997 en Nicaragua fueron escogidos 9 humedales como “Ramsar”.

Estos son los humedales categorial mundial de Nicaragua: Refugio de vida silvestre Los Guatuzos, la Reserva biológica Cayos Mískitos, el Delta del Estero Real y Llanos de Apacunca, el Refugio de vida silvestre Río San Juan, el Sistema de humedales de la bahía de Bluefields, el Sistema de humedales de San Miguelito, el Sistema Lagunar de Tisma, el Lago de Apanás-Asturias, el Sistema Lacustre Playitas, Moyuá y Tecomapa.  

El deterioro de estos recursos no es constante solo en Nicaragua, sino a nivel mundial. Pero unos humedales están siendo malogrados, más rápidos que otros.

Tisma, ¿ahora un potrero?

Este puede ser el ejemplo del sistema lagunar de Tisma, ubicado en el municipio del mismo nombre, en el departamento de Masaya. Cuando fue elevada a categoría Ramsar tenía una superficie de 18,850 hectáreas, actualmente, no se sabe cuál es. 

En abril de 2016 se secó por completo tras un periodo de sequía. Pero en febrero de 2018, se había recuperado, aunque no se supo si fue en un 100%.

La laguna de Tisma es una reserva natural bajo la administración del Gobierno, sin embargo, no se publica información actualizada sobre su estado de conservación. Tisma es un gran llano entre el lago Xolotlán y Cocibolca, que se inunda con el invierno de mayo a octubre. 

Salvadora Morales es una ornitóloga que investiga al zanatillo nicaragüense (Quiscalus nicaraguensis) un ave endémica, es decir que solo habita en Nicaragua y una reducida parte del norte de Costa Rica.

Morales visita seguidamente la laguna de Tisma, ya que este es uno de los hábitats del zanatillo. En su última visita a esta reserva en octubre de 2019, vio que había más gente asentada dentro de la laguna.

Cuando el nivel del agua de Tisma baja algunas familias hacen casas de lata o plástico negro. Generalmente está gente se dedica a la pesca. Sin embargo, Morales notó más gente de lo normal. “Tisma es un área importante por las aves reconocida por Birdlife Internacional, sin embargo, está abandonada. Han pasado muchos gobiernos y ninguno ha invertido”, afirmó la experta.

En esa visita, la laguna tenía agua, incluso ahora la tiene, pero algunos puntos parecen potreros. Caballos y vacas que vienen de las haciendas vecinas se pasean. Incluso, algunas personas, no se sabe quiénes, han puestos cercos alambrados dentro del cuerpo de agua.

Morales indicó que las aguas de Tisma son utilizadas por productores para irrigar grandes extensiones de arroz y otros monocultivos. No hay información sobre la cantidad de agua que se extrae de este humedal y si es utilizado de forma racional.

Esta es la laguna de Tisma en octubre de 2019.

El avance de las camaroneras

El Delta del Estero Real, ubicado en Chinandega, en los últimos años se ha venido convirtiendo en camaroneras. Este humedal está formado por grandes áreas inundables cuando sube la marea en el Golfo de Fonseca. Esta características son propicias para construir pilas camaroneras donde se crían camarones.

Con la construcción de las pilas se modifica todo el entorno natural ya que se utiliza maquinaria pesada para remover la tierra. Según Morales, quien también trabaja en esta zona estudiando las aves migratorias que se alimentan en este humedal, “en medio de la zona núcleo de conservación se establecieron granjas camaroneras”.

De acuerdo con Morales, los datos de Impesca, el ente regulador de la actividad pesquera, indican que hay aproximadamente 15,000 hectáreas de granjas camaroneras en función en toda la zona del Delta del Estero Real, que mide en total 81,000 hectáreas.     

“El Delta del Estero Real es uno de los humedales con más abundancia de aves playeras en Centroamérica”, señala la experta.

No obstante, aunque el ecosistema ha sido alterado, la pilas camaroneras sirven como un lugar de alimento para algunas aves que se han adaptado a estos sitios. “No hay personal que administre esta reserva natural”, enfatizó Morales.

Lagunas convertidas en huerto

En el municipio de Ciudad Darío, en el departamento de Matagalpa, está el sistema lagunar Moyua, Las Playitas y Tecomapa. Durante la época de lluvia está se mantienen con agua, pero no hay datos oficiales, si actualmente se encuentran en sus niveles normales.

Lo que sí es evidente es que durante la época seca, entre enero y abril, los niveles de agua bajan tanto que las áreas que quedan expuestas son utilizadas por las personas que viven en las cercanías para hacer huertas.

Así mismo, es evidente que el entorno de estos humedales han sido muy deforestados.

La laguna de Moyua en febrero de 2018.

 

Humedales del Caribe sin estudiarse

En las regiones del caribe de Nicaragua, sur y norte, hay tres humedales: la Reserva biológica Cayos Mískitos, el Sistema de humedales de la bahía de Bluefields y el refugio de vida silvestre Río San Juan.

Morales afirmó que están caro llegar a estos humedales desde el Pacífico de Nicaragua, que no han podido incluirlos en las listas de estudios. “Aunque hagamos dos visitas al año, no nos permite identificar cual es el estado en el que se encuentran”, señaló.

En el caso del humedal del refugio de vida silvestre Río San Juan, ubicado en el municipio de San Juan de Nicaragua o Greytown, en el departamento de Río San Juan, este sufrió, en parte, un incendio en 2018 que afectó principalmente plantas de yoliales.

El siniestro fue provocado por un colono que hacia una quema para sembrar granos básicos. Los humedales de la había de Bluefields tienen “problemas asociados con el crecimiento de la población y la contaminación plantean amenazas desde el 2001”, de acuerdo con el Servicio de Información de Sitios Ramsar.

Los Guatuzos con mejor suerte

El refugio de vida silvestre Los Guatuzos es el humedal que ha corrido con mejor suerte. Según Oscar Bermúdez, biólogo y miembro de la organización Amigos de la Tierra,  que trabaja en la conservación de esta reserva, hasta la fecha dicho humedal está bien conservado.

“A pesar que años tras años hay incidencia con quemas y desecación de algunos ríos”, aseguró Bermudez. En este lugar se pueden observar diversas especies de monos, aves y reptiles, lo que indica el buen estado del ecosistema, precisó el experto.

Los Guatuzos son uno de los humedales mejores conservados. Tomado de la página de Facebook de Amigos de la Tierra.

“El año pasado liberamos cuatro especies de caimán”, manifestó Bermúdez. De acuerdo con el último plan de manejo que hicieron como Amigos de la Tierra y con ayuda de la Unión Europea, constataron que hay aumento de la población en Los Guatuzos. “Hay como 2,700 personas y el número de comunidades se extendió de 7 a 11, pero no ha significado una presión fuerte hacia el humedal”, explicó Bermúdez.   

A pesar que es un área extensa, este humedal tiene guardabosques. Según Bermudez, con un centro  ecológico trabajan en la investigación de aves, limpieza en el río Papaturro y sensibilización en las escuelas. El ecoturismo con turistas europeos y universitarios son algunas de las actividades que se realiza en este humedal, mencionó Bermúdez.

 Los nueve humedales Ramsar en Nicaragua tiene una extensión de más 400,000 hectareas. “Hay un abandono institucional muy fuerte, no estamos hablando que solo en esta administración, ninguno de los gobiernos ha tomado en serio la conservación a pesar de la importancia que tiene para la economía nacional”, concluyó Morales.