La reserva River Plate es un ejemplo de cómo pueden recuperarse áreas degradadas por actividades agrícolas, como pastizal, y convertirlas en bosque en recuperación y al mismo tiempo ser un sitio de esparcimiento en contacto con la naturaleza.
River Plate es una reserva silvestre privada que nace en las montañas de Villa El Carmen, municipio ubicado al oeste de Managua. En la reserva de aproximadamente 120 manzanas, cruza un riachuelo que fue represado ahora es un balneario.
El balneario, que tiene el nombre de la reserva, River Plate, se ha popularizado. De hecho, las personas la conocen más por balneario que por reserva silvestre.
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Reverdecimiento está retrocediendo
River Plate está ubicado en el kilómetro 27 de la carretera Vieja a León. Es una zona montañosa, donde se extiende la columna vertebral de Managua, fundamental para el ciclo hídrico de Managua, pero que lamentablemente poco a poco, pierde los bosques que quedan y los que se han regenerado.

En los alrededores se observan algunos parches de bosque seco que han crecido debido al descanso que han tenido estas tierras luego de décadas de intenso uso forestal y agrícola.
Ese reverdecimiento es más notable en invierno cuando los árboles muestran sus hojas nuevas. Pero al mismo tiempo, en esa zona, también se observa cómo ese reverdecimiento está nuevamente retrocediendo. Dichas tierras son fincas, en su mayoría ganaderas.
River Plate también es una finca. Pertenece a Leonardo López, quien asegura que el riachuelo nace en una finca vecina llamada el Tigre. Solo al entrar a la reserva te das cuenta que el bosque está en crecimiento, los árboles son pequeños, no hay de gran tamaño.
Riachuelo va a playa de tortugas gigantes
Donde sí hay algunos árboles grandes es en la orilla del riachuelo. López afirma que este río pequeño se une con uno más grande conocido como El Grande.
“Las aguas terminan su camino en playa Salamina”, destaca López. Salamina es una de las pocas playas conocidas en el Pacífico de Nicaragua en donde anida la tortuga más grande del mundo, la tortuga tora o laud que puede llegar a tener 3 metros de longitud y pesar hasta 600 kilogramos, más de mil libras.
López asegura que su finca mide un poco más de 120 manzanas. Lo más interesante para las personas es el balneario. El lugar parece un parque de diversión infantil, pero la idea es que sea una reserva silvestre donde la gente pueda comprender la importancia de respetar y apreciar la naturaleza.
“Por eso me preocupo que el río no tenga basura”, afirma López, quien, regularmente, los fines de semana supervisa el balneario y se le ve dando consejos a más de un turista que tira una basura al riachuelo.
Reserva “no es sostenible”
“Al principio, en 1999, esta finca era todo pastizal. Ahora hay sembrado especies del bosque seco como ojoche”, asegura. López sostiene que no hace quemas en la reserva y gracias a esto en la reserva hay reportes de especies como el tigrillo y el yaguarundi, dos especies de pequeños felinos que necesitan de bosques para poder vivir.
Aunque, definitivamente el balneario atrae las visitas, la reserva no se sostiene de las entradas, afirma López. Asegura que utiliza de sus recursos para sostener el mantenimiento de la reserva. El costo de la entrada al balneario River Plate es de 40 córdobas, un poco más de 1 dólar por persona.
River Plater puede ser un ejemplo de cómo agregar interés a una reserva natural por medio de la diversión. Pero también, es un ejemplo de cómo áreas destruidas por la actividad humana, pueden regenerarse y servir para la recreación de la población.