Un árbol, posiblemente nuevo para la ciencia y otro que se creía extinto, los recientes hallazgos de una investigación en el pulmón de Managua
Por Mauricio González
Un grupo de investigadores encabezados por la científica botánica Indiana Coronado, descubrieron un árbol frutal que podría ser una nueva especie para la ciencia y Nicaragua.
En la investigación también han encontrado un árbol que se creía extinto en el país. Lo curioso del caso, es que ambos hallazgos fueron hechos en un pequeño parche de bosque de la reserva natural privada El Bajo, ubicada en el municipio de El Crucero, a 30 kilómetros de la capital Managua, considerado parte del pulmón de Managua.
Ante los resultados, los investigadores se encuentran sorprendido ya que no esperaban recibir estas sorpresas de la naturaleza, más aun en sitios intervenidos por el ser humano.
Indiana Coronado es una botánica y docente de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) de la sede de León, departamento ubicado en el occidente de Nicaragua. Coronado lleva muchos años a cargo del herbario de la UNAN-León, donde ha realizado varias investigaciones sobre la flora de Nicaragua.
Hace ya más de un año empezó una investigación en la reserva natural privada El Bajo. Esta reserva está en el punto más alto del departamento de Managua, a 900 metros sobre el nivel del mar. Mide alrededor de 800 hectáreas en la que hay tres tipos de bosques, nuboso, premotanano y seco.
Las 800 hectáreas de El Bajo son parte de un bloque de bosques de 11 mil hectáreas, que casi milagrosamente permanecen a salvo del urbanismo, la industria agrícola y madereros.
De acuerdo con Coronado, durante esta investigación encontraron un árbol que los pobladores dela zona, mayoría campesinos, conocen como “jocote fraile”, pariente muy cercano al nancite o del mismo género de árboles frutales.
Su particularidad es que se conoce el género y no la especie, es decir, se conoce en que genero de planta frutal está, pero no se conoce su especie, explicó la experta.
Por ejemplo, una de las tres especies de mono que existen en el país, es el mono araña. Este pertenece al género Ateles, sin embargo, de este género existe más de un especie. Es decir, el jocote fraile podría ser una nueva especie de árbol frutal emparentado con el nancite.
“Actualmente, especialistas en la familia de este árbol están realizando una investigación para determinar si corresponde a una especie ya descrita o se va a describir por primera vez” dijo Coronado. “En términos sencillos puede ser una nueva especie para la ciencia”, declaró.
“La investigación es promovida por la Fundación Apapachoa que trabaja en la conservación de la reserva El Bajo”
Le dicen jocote fraile porque parece un jocote pequeño y es comible. Otro punto interesante, es que solo se ha encontrado en la reserva El Bajo. Por su tres tipos de bosques: nubuso, premontano y seco, en esta reserva se encuentran árboles de más de 30 metros, una gran cantidad de arbustos, enredaderas y un sinnúmero de plantas pequeñas.
El fruto del jocote fraile, es comida de mamíferos y aves. Coronado mencionó que el árbol es fácil de reconocer por sus hojas grandes y de color verde muy oscuros.
De confirmarse que el jocote fraile es una nueva especie, este también sería endémico, es decir para la ciencia solo existiría en Nicaragua. “Su distribución sería muy restringida y se marcaria solo para este sector (reserva El Bajo)”, precisó la experta.
Árbol que se creía desaparecido
Coronado aseguró que también encontraron un árbol que se creía desaparecido. Se trata de árbol parecido al olivo y que puede medir de 7 metros de altura. La última vez que se había reportado fue hace 30 años en las sierras de Managua, al sur de la capital. “Ahora lo reportamos en esta reserva y apenas sería la segunda colecta para Nicaragua”, precisó la científica.
La única vez que se colectó había sido con flores y no con frutos. El árbol es conocido o llamado como olivo, al ser parientes muy cercanos a esta familia de plantas, explicó la experta.
“Le dicen olivo porque tiene la misma apariencia”. Coronado afirmó que la importancia de este hallazgo es que se encontró una especie que se considera rara o casi desaparecida. “Ahora con este descubrimiento se ve que los individuos y las poblaciones están muy bien”.
Precisó que el olivo forma parte de los ecosistemas de transición entre el bosque nuboso y seco.
El nivel de importancia de estos dos hallazgos deja entrever que los tres tipos de bosques que conforman la reserva natural El Bajo, son muy importante. Coronado precisó que las plantas fueron encontradas en el parche de bosque húmedo, es decir la parte más alta de El Crucero.
Es importante destacar que la experta aseguró que “curiosamente estas dos especies no se han encontrado en otro tipo de bosque nuboso, como en el norte de Nicaragua”.
Es increíble que ese punto tan pequeño haya estos dos descubrimiento. La botánica destacó que muchos de esos parches de bosques han sido alterados a través de los años con cultivos de café e incendios.
“Realmente no se espera encontrar cosas raras en bosques que hayan sido alterados, pero siempre hay sorpresas”, afirmó. Los investigadores siempre esperan encontrar cosas nuevas, aunque muchas veces es cuestión de fe.
Nicaragua tiene más de 5 mil especies de plantas
Iris Saldívar, botánica y directora del herbario de la Universidad Centroamericana (UCA) aseguró que todavía hay zonas, donde por asuntos de accesibilidad y presupuesto, falta mucho por muestrear.
Mencionó que por ejemplo, en la zona centro-norte del país falta recaudar información de la flora. “También es complicado en zonas como Indio-Maíz y Bosawas, están desapareciendo de forma rápida por los disturbios del ecosistema. Se está perdiendo bosque y no se sabe exactamente qué es lo que hay”, afirmó.
En el caso de los hallazgos hechos por Coronado, expresó que los descubrimientos son importantes ya que ayuda a saber qué es lo queda en los bosques del Pacífico y para qué sirve. “Eso te crea el vínculo para querer proteger un ecosistema”.
Saldívar aseguró que en el país hay alrededor de 5,700 especies descritas, un número que varía en el tiempo por las investigaciones.